Mtro. Luis R. Infante
- Ing. Químico, IPN, México
- MBA, Universidad del Valle de México
- Maestría en Diseño, Gestión y Dirección de Proyectos, CEPES, México
- Profesor de Dirección de Proyectos de la Universidad Panamericana
- PMP – Project Management Professional (PMI) (#1609175)
- Director de Proyectos Titular – Instituto Mexicano de Dirección de Proyectos (C-1911902B)
Es Ingeniero Químico con mas de 25 años de experiencia en proyectos de ingeniería y construcción. Consultor y asesor en Dirección de Proyectos para varias industrias en los sectores públicos y privados. Ha participado en todas las fases de los proyectos: diseño de la estrategia y portafolio de proyectos, desarrollo de casos de negocios, definición y maduración de proyectos, evaluación técnico-financiera, planeación, ejecución, auditoría, análisis de riesgos, supervisión, control y cierre de proyectos.
Con Licenciatura en Ingeniería Química; cuenta con el Grado de Maestro en Administración con Especialidad en Ingeniería Financiera y el Grado de Maestro en Diseño, Gestión y Dirección de Proyectos. Luis está certificado como Project Management Professional (PMP), miembro del Project Management Institute (PMI) y también tiene certificación como Director de Proyectos Titular del Instituto Mexicano de Dirección de Proyectos. Es Socio Fundador del Instituto Mexicano de Lean Construction y Socio Fundador de la Sociedad Mexicana del Derecho de la Construcción además de pertenecer al Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos. Ha impartido conferencias en México y el extranjero para instituciones educativas y profesionales sobre Lean Construction y Dirección de Proyectos, y participa activamente en otras organizaciones relacionadas con la Dirección de Proyectos.
La Economía Circular en la Construcción
¿ La construcción del mañana ?
En el ámbito de la Construcción, la Economía Circular desafía a re-diseñar las formas en que las sociedades se proveen de edificación e infraestructura, diseñan sus espacios, los mantienen y se relacionan con el medio ambiente. Las oportunidades para la circularidad son múltiples.
La transición a una economía circular es uno de los desafíos clave para superar la crisis climática y para desarrollar una economía verde y sostenible, que aumente la satisfacción y resiliencia que brindan las ciudades y territorios. Impulsarla en el sector construcción abre nuevas oportunidades para la innovación, la mejora en la productividad y el empleo; en el contexto inmediato de una recuperación ecológica, y en el mediano y largo plazo, permite la construcción de mejores lugares donde vivir.
La economía circular es, según la Fundación para la Economía Circular, “un concepto económico […] cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la generación de residuos”.
A la hora de implementar la economía circular se busca que el modelo actual —lineal— “cierre el ciclo de la vida” de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía. De este modo se potencia la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente. El modelo lineal que usa la economía tradicional —extracción, fabricación, utilización y eliminación (a menudo en vertederos)— ha alcanzado sus límites. El consumo cortoplacista y la «filosofía de usar y tirar» está llevando al planeta a una situación que sabemos insostenible.
El informe Linear Risk de 2018, publicado por el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, menciona de manera específica los riesgos para el medio ambiente y para las personas de seguir con un sistema así en lugar de un modelo orientado a ciclos naturales y enfocado al largo plazo. El modelo circular que propone la economía del mismo nombre busca construir un sistema cerrado y estable que optimice los flujos de materiales, el uso del agua, o de la energía; así como que minimice los residuos. En otras palabras, copiar en la medida de lo posible lo que hace la naturaleza.
Se busca construir un modelo económico que minimice el impacto sobre el medio ambiente y restituya el capital natural que ya hemos explotado.
El sector de la construcción es uno de los sectores clave de la economía además de ser —por su naturaleza— de los que más recursos naturales moviliza y de los que más residuos genera. El modelo de generación y gestión de residuos existente hasta hace unos años era totalmente lineal: los residuos de construcción y demolición (RCD) se depositaban en un único contenedor y se entregaba a un transportista que los depositaba en un vertedero. Y ahí terminaba su vida útil.
El objetivo de aplicar la economía circular a la construcción es el de reutilizar los recursos y maximizar, por ende, el aprovechamiento de los mismos. En una economía circular se busca que los recursos aporten el máximo valor, es decir, que se mantengan en el proceso (aplicado a la construcción en este caso) durante el mayor tiempo posible. Pasar de una economía lineal (un usar y tirar a grandes rasgos) a una economía circular.